Las escaras son uno de los principales problemas que puede sufrir una persona que tiene una movilidad reducida. Si es tu caso o conoces a alguien que te importa que sufre este problema, en este artículo encontrarás mucha más información acerca de las escaras y de cómo evitarlas.
¿Qué son las escaras?
Las escaras también se conocen por el nombre de úlceras por presión o úlceras de decúbito. Se trata de lesiones en la piel y en el tejido subyacente fruto de una presión prolongada sobre la piel. Las escaras son un problema para la persona que las sufre, ya que son una fuente de dolor y también de infecciones, por lo que son muy molestas.
Las personas que permanecen mucho tiempo en la cama debido a una enfermedad o en una silla porque tienen problemas de movilidad son las que suelen sufrir las escaras. Estas heridas se producen por la presión que ejercen los huesos contra la cama. Las zonas más frecuentes en las que aparecen las escaras son el trocánter del fémur, los talones, las rodillas, el sacro y los tobillos.
¿Por qué se producen las escaras?
Las escaras se producen debido a que la fina piel que se encuentra entre los huesos y el objeto, ya sea la cama o la silla, se queda sin riego sanguíneo debido a la presión. Al estar la zona tanto tiempo sin riego sanguíneo se va produciendo una necrosis con el paso del tiempo que da lugar a la escara.
Esta necrosis puede ir desde un leve enrojecimiento de la piel hasta una afectación al músculo y al hueso. Además de ser dolorosas, el principal problema de las escaras es que producen un deterioro de la calidad de vida de la persona que las sufre.
Grados de las escaras
La curación de las escaras es un proceso lento, por lo que es muy importante aprender a diferenciar los diferentes grados en la evolución de las escaras para actuar desde la aparición de los primeros síntomas.
En el primer grado, las escaras se caracterizan por el enrojecimiento. Esta es la lesión más leve y es reversible, ya que desaparecerá en unas cuantas horas conforme liberemos la zona sensible del apoyo.
En su segundo grado se produce la pérdida parcial del grosor de la piel. Esta pérdida puede afectar a la dermis y/o epidermis y se trata de una lesión superficial como si fuese una abrasión o una ampolla.
En el tercer grado se produce la pérdida total del grosor de la piel con la muerte del tejido subcutáneo siendo en algunos casos más interno. Este grado se caracteriza por la aparición de una capa negra endurecida de la piel producida debido a la necrosis. Esta capa negra podrá evolucionar hacia una úlcera poco profunda con pus e infección.
En el peor grado, el cuarto grado, aparecerá un cráter. Aquí nos encontramos con una lesión mucho más grave que tiene necrosis tisular. Esta necrosis se puede acompañar con daño muscular, óseo y de elementos de sostén, por lo que es la etapa más peligrosa de las escaras y la que más tratamiento urgente merece.
¿Cómo se pueden prevenir las escaras?
Debido a lo peligrosas que pueden resultar las escaras es muy importante saber cómo prevenirlas. Como en cualquier otro tipo de enfermedad, tener en cuenta una pequeña serie de consejos bastará para no tener que enfrentarse a estas.
Para prevenir las escaras es importante tener una correcta hidratación y una dieta rica en proteínas. Las proteínas son fundamentales para desarrollar los músculos y regenerar la piel, aspectos que combaten de primera mano la aparición de las escaras. Cuando la alimentación no es buena la piel se debilita y, por lo tanto, aumenta el riesgo de sufrir escaras.
También es bueno mantener una buena higiene corporal. El paciente debe ser aseado, como mínimo, una vez al día. A la hora del aseo es importante utilizar jabón neutro y sin frotar, además de secar la piel con mucho cuidado. No utilices productos o cosas que puedan secar la piel como el alcohol, hielo o secador de pelo a temperatura muy alta.
Las escaras se producen por estar mucho tiempo en contacto con un material, por lo que para prevenir su aparición es importante cambiar de posición cada tres horas. En la medida de lo posible, lo ideal es no pasarse todo el día en la cama y, si el paciente no se puede mover en absoluto, realizar masajes suaves y específicos sobre la piel limpia para mantener un buen trofismo en la piel.
Finalmente, también te puedes informar en una tienda de ortopedia sobre los diferentes sistemas antiescaras que existen. Dependiendo de las necesidades y posibilidades del paciente, podrás encontrar productos de distintos materiales y tamaños que ayudan a suavizar la presión que se ejerce sobre los puntos de apoyo y, por lo tanto, minimizar la aparición de las escaras.